Es imposible mantener y aumentar la producción de bienes y de servicios sin el uso de una mayor cantidad de hidrocarburos y sus derivados, de electricidad en sus diversas formas de generación, y de otras fuentes de energía.
Los componentes de la matriz energética del mundo presentan dos cualidades críticas: por un lado el agotamiento del stock (en términos físicos o económicos) de los hidrocarburos en un período impreciso pero de cumplimiento seguro; y por el otro el fuerte efecto que producen en la contaminación del ambiente.
Esta situación está presente cuando observamos la actual matriz de la oferta de energía primaria de nuestro país, que está compuesta de la siguiente manera:
petróleo................39%
gas natural...........47%
carbón mineral..... 1%
hidroelectricidad...6%
energía nuclear.....2%
biomasa................5%
Resulta prioritario encontrar energías alternativas que reúnan las condiciones de ser renovables y no contaminantes. Podemos denominar a las energías renovables como aquellas fuentes energéticas basadas en la utilización del sol, el viento, el agua o la biomasa vegetal o animal y que no utilizan como las convencionales, combustibles fósiles, sino recursos capaces de renovarse ilimitadamente.
El uso extendido de fuentes de energía renovable promueven el crecimiento económico y puede contribuir a mejorar la calidad de vida sin interferir en el sistema climático. Por eso debemos formular una estrategia integral de largo plazo, mediante un plan nacional de promoción y desarrollo de la bioenergía. Se debería integrar armónicamente programas de nuevas fuentes de energía (eólica, solar) y de combustibles alternativos (biogás, biodiesel, bioetanol), para complementar y sustituir gradualmente la composición de la actual matriz energética nacional.
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